Lunes
18 de octubre 2021
Llegamos
a Rådaskolan a las 8 para participar de una reunión del director
con todo el claustro antes de iniciar la semana. Nos recibió nuestro
colega y compatriota Ángel que ha organizado todo para facilitarnos
la estancia. A las 8:30 Robert Olsson nos da la bienvenida y
comenzamos nuestra aventura en Rådaskolan Mellerud Kommun.
El
centro tiene tres cursos de secundaria, con alumnado entre 13 y 16
años. Cuando acaban esta etapa pasan al instituto que está al lado,
y que visitaremos en los próximos días.
Entrar
al centro ya supone un cambio con respecto a lo que conocemos. Los
pasillos son amplios y tienen numerosas zonas con mesas y sillas o
bancos donde el alumnado puede descansar entre clases o hacer las
tareas en pequeño grupo.
La primera gran diferencia son los
horarios: Las clases son de 45 minutos y entre ellas hay diez o
quince minutos de descanso. La llamada a las aulas viene marcada por
una suave melodía que avisa dos veces con un intervalo de 5 minutos.
Durante el tiempo de descanso entre clases están por los pasillos o
en las zonas de descanso. Si hay mucho ruido pueden optar por entrar
a clase para estar más tranquilos.
A
las doce paran para comer. Hay una hora hasta que empiezan de nuevo
las clases, y terminan la jornada a las 15:30.
Hemos
interactuado con alumnos de español que nos han hecho preguntas. Ha
sido divertido.
Las
zonas de trabajo y de descanso de los profesores están muy
diferenciadas. Hay una sala de reuniones, solo para ese fin, una zona
habilitada para que cada profesor o profesora, personal, y una
gran sala con mesas, sillones, cocina… donde se puede descansar,
tomar café, charlar o comer (si no se quiere comer en la cantina).
La
comida de la cantina es variada con posibilidad de tomar verduras
pero sin fruta.
En nuestro primer contacto, nos ha sorprendido visitar la
clase de Economía del Hogar, textiles y carpintería. En estas
clases, eminentemente prácticas, el alumnado aprende cosas
necesarias para la vida cotidiana como planchar, cocinar saludable,
poner lavadoras, comprar de forma económica etc... Visitaremos estas
clases con más tiempo y daremos detalles.
Después
de comer, Inga nos ha llevado a conocer los alrededores de Mellerud.
Ha sido una delicia visitar el Lago Vänern, el mayor de Suecia, y
otros lagos más pequeños que están repartidos por todas partes.
Junto
a un pequeño lago hemos visitado unas pinturas de la edad del bronce
que representan barcos y hombres, además de laberintos y círculos que recuerdan a ruedas pero que seguramente pretenden ser el sol.
Hemos podido observar el sol reflejado en ese lago y no es de
extrañar que nuestro antepasados quisieran dejarlo grabado.
Es muy
curioso ver el sol muy bajo y en el horizonte, calentando apenas a
las cuatro de la tarde.
Las
casas de madera, pintadas en colores variados y las casas flotantes
nos han llamado mucho la atención. Suelen utilizar madera de abeto
para construir, y madera de abedul para los muebles (como seguro que
ya sabéis).
Después
del intenso día, hemos cenado (a las seis) con Robert, Stina y Ángel
para hacer balance del día. En un ambiente distendido entre sueco,
inglés y español hemos intercambiado impresiones y experiencias.
Mañana nos espera otro día lleno de actividades y vivencias.
Pepe
Martínez y Laly Valiente desde Suecia.
English version
Monday,
October 18th, 2021
We
arrived in Rådaskolan at 8 o'clock in the evening. We were welcomed
by Angel who has been our main contact to organize everything and
make our stay easy and enjoyable. Rektor Robert Olsson, our host at
Rådaskolan Mellerud Kommun, also welcomed us.
We
visited the different school facilities in the morning and everything
was surprising and very different from our reality.
The
corridors are wide and have numerous areas with tables and benches
where students can rest between classes or do homework in small
groups. The first big difference is the schedules: classes are 45
minutes long and between them there are ten or fifteen minutes breaks
during which students can hang out with friends. The call to the
classrooms is marked by a soft melody. At twelve they stop for lunch,
and then, they return to class at 1 pm. Their school day finishes at
3:30 pm. In total, there are seven 45-minute periods.
Teachers'
work and rest areas are very different. There is a meeting room, a
work area for each teacher, a large staff room, and a large room with
tables, armchairs, kitchen with different atmospheres, and delicately
decorated windows. This is the place for the fika.
The
canteen food is excellent. Varied and healthy. Students have it for
free and teachers at a very affordable price.
We
have interacted with students who are learning Spanish at school, and
they have asked us questions about our country and habits. It has
been so much fun!!!
We
were positively surprised when we visited the domestic economic,
textile and carpentry classes. In these classes, students learn basic
things necessary for everyday life.
After
lunch, Inga took us to see the surroundings of Mellerud. It was a
delight to spend the afternoon with her. She drove us to Lake Vänern,
the largest in Sweden, and to other smaller ones that are everywhere.
The wooden houses, painted in bright colours and the houseboats are
really nice. We also had the opportunity to see some paintings from
the Bronze Age. They represent boats, men, labyrinths and circles
that resemble wheels, but they are a representation of the sun. It is
quite shocking to see the sun very low on the horizon, warming you up
only around four in the afternoon . That is why it is not surprising
that their ancestors wanted to leave it recorded since the view of
the sun reflected in the water is an impressive sight.
After
a very intense first day, we had dinner (at six) with Robert, Stina
and Ángel to take stock of the day. In a relaxed atmosphere among
Swedish, English and Spanish people, we have exchanged impressions
and experiences.
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