22 de Octubre.
Es nuestro último día en Rådaskolan.
Llevamos unas pastas para invitar a “fika” a los que han sido nuestros compañeros durante una semana y que amablemente nos han invitado a café (mucho café solo, que forma parte de la cultura sueca) y a algo más cada día. “Fika” es la palabra que aprendes cuando convives en un centro. Equivale a picar algo con un café y puede ser a cualquier hora de la mañana, la tarde o la noche. Hemos hecho muchos “fika” en esta semana porque casi en cada espacio tienen una salita con una cafetera y no se rechaza un café en Suecia.
Hemos empezado con nuestra presentación “Conoce Andalucía” con los alumnos de noveno. Se han reído con la chirigota del Selu y han disfrutado con el Kahoot asociado a la presentación.
El vídeo de nuestro centro les ha encantado (como les encantó a los profesores y así nos lo han hecho llegar), y nos han dado una hoja con mensajes de cariño y sus cuentas de snatchap para que las llevemos a España. Después hemos compartido café y pastas (“fika”) con varios compañeros con los que hemos hablado de todo. Con Wasim y Jonas (muy parecidos y que siempre bromean sobre quién de los dos es el original y quien la copia), hemos tenido una muy interesante e intercultural conversación.
Wasim vivía en Jerusalén y Jonas en Damasco. Podéis suponer lo necesario que ha sido ser capaces de comunicarnos en inglés durante esta semana.
A partir de ese momento todo han sido despedidas. Lo más escuchado entre los alumnos es que ha sido divertido tenernos con ellos estos días en las clases, lo que nos llena de orgullo por conseguir uno de nuestros objetivos.
Tras la comida (excelente como todos los días), nos ha entrevistado una periodista local, acompañada por la concejala de cultura. La primera pregunta ha sido ¿por qué Mellerud? Percibimos que para ellos no hay gran cosa de interesante, pero tanto Robert como Ángel y alguna compañera más nos han transmitido cómo hemos hecho que miren su centro, su pueblo y su día a día con otros ojos después de ver cómo nos impresionaban cosas que para ellos son habituales. La mirada del que está enfrente es el espejo en el que te ves y esperamos haberles
devuelto un reflejo bonito, agradable y acogedor de Mellerud como sociedad.
En Rådaskolan nos han abierto sus puertas como centro, los profesores han abierto sus aulas, y Ángel y Susanne, Robert y Birgitta e Inga abrieron sus casas para nosotros.
Hemos podido comprender, compartir y disfrutar cómo viven, cómo comen, cómo se relacionan, cómo bromean y sobre todo, cómo acogen a los que llegan de fuera. El centro tiene un 25% de niños y niñas llegados de todos los rincones del mundo y todos caben. El profesorado trata con cariño y respeto a cada uno y, tal como nos explicó Ángel nada más llegar (de las muchas cosas que nos ha contado), “aquí no queremos ser iguales, aquí somos todos diferentes pero con los mismos derechos”.
Para terminar nuestra semana, hemos aceptado la invitación para cenar en la casa de Robert y Brigitta (a las seis en punto). Nos han recibido calurosamente, nos hemos descalzado y hemos compartido con varios compañeros y compañeras más una agradable cena sueca, en la que hemos tenido que explicar, (con ayuda de Ángel y Camila para traducir cuando el inglés no daba para más) qué es la gala de los trailers, en qué consiste el tránsito en nuestro centro y por qué mejora la convivencia, cómo hemos conseguido este proyecto Erasmus y la acreditación, etc...
Nos hemos reído mucho cuando nos han preguntado si teníamos cafetería y hemos explicado lo pequeña que es en comparación con la del instituto de al lado, y que ahora tenemos a Juanito ocupándola casi por completo.
Robert nos ha transmitido que le ha impresionado el libro El Barrio y que ve mucho trabajo detrás de tantos proyectos. Pensaba que nos obligaban a participar y cuando le he dicho que todo eso lo hacemos voluntariamente, porque nos gusta, por vocación, aún ha sentido más admiración por nuestro centro y por nuestro claustro de profesores.
Nos han dado regalos personales y para llevar al centro y antes de despedirnos hemos escrito y firmado en su libro de huéspedes. Queremos agradecer a Fran el haber iniciado este contacto, a Robert permitirnos entrar en su centro
y alterarlo durante esta semana.
A Ángel, su esfuerzo,
entusiasmo, energía y sobre todo su gran corazón,
haciendo que nos sintiéramos como en casa y
ayudándonos en todo. Es una gran persona y ha sido un placer conocerlo.Volvemos a casa llenos de vivencias y de ideas para compartir.
Con el trabajo concluido, nos despedimos desde Mellerud.
English version:
It's our last day at Rådaskolan.
It is our turn to bring some pastries to "fika" for those who have been our companions for a week and who have kindly invited us to coffee (a lot of black coffee, which is part of Swedish culture) and something sweet or savory every day.
We have started with our presentation "Get to know Andalusia '' with the ninth grade students. They have laughed at Selu’s Chirigota and have enjoyed the Kahoot associated with the presentation. They have given us a sheet of paper with messages of affection and their snapchat accounts so that we can take them to Spain.
After that, we shared coffee and pastries ("fika") with several colleagues with whom we have talked about everything this week. The knowledge, fluency and use of English has been essential to communicate and learn from people this week.
From that moment on, all have been goodbyes. The most heard among the students is that it has been fun to have had us with them these days in class, which fills us with pride in achieving one of our goals.
After lunch (excellent as every day), we were interviewed by a local journalist, accompanied by the Culture Councilor. The first question was why Mellerud? We can see that, for them, there is not much of interest, but some colleagues have told us how we have made them look at their school, their town and their day to day with different eyes, after seeing how things that are common for them impressed us. The look of the person in front of you is the mirror in which you see yourself and we hope we have given you back a beautiful, pleasant and welcoming reflection of Mellerud as a society.
At Rådaskolan, they have opened their doors to us as a school, the teachers have opened their classrooms, and Angel and Susanne, Robert and Birgitte and Inga have opened their houses to us. We have been able to understand, share and enjoy how they live, how they eat, how they interact, how they joke and above all, how they welcome those who come from outside. The school has 25% of boys and girls from all over the world and they all fit. The teachers treat each one with affection and respect and, as Ángel explained to us as soon as he arrived, “here we don't want to be the same, here we are all different but with the same rights”.
To put the cherry on the cake, we were invited to dine at Robert and Birgitta's house. They received us warmly, we took off our shoes and shared a pleasant Swedish dinner with several colleagues, in which we had to explain, (with the help of Ángel and Camila), what the trailers’ gala is, the Transition Program (from primary into secondary school) and how it helps improve coexistence, how we were granted this Erasmus project and the accreditation, etc …
We laughed a lot when they asked us if we had a cafeteria in our school and we explained how tiny it is compared to the one at the High School next door, and now we have Juanito (a fake life-sized horse) occupying it almost entirely. Robert was very impressed by our book “El Barrio '' stating that the hard work behind so many projects can be clearly seen. He thought that our administration team forced us to participate, and, when I told him that we do all of this voluntarily, because we like it, by vocation, he felt even more admiration for our school and for our teaching staff. They have given us personal gifts to take back to our school and before saying goodbye we have written a loving message and signed their guest book.
We want to thank Fran for having initiated this contact, Robert allowing us to enter his school and alter the routine for a whole week and Ángel, for his efforts, enthusiasm, energy and, above all this, his great heart. He has made us feel at home and helped us in everything we needed. He is a great person and it has been a pleasure meeting him.
We return home full of experiences and ideas to share.
With the feeling of a job well done, we said goodbye to Mellerud.